FAMILIA SARASKETA
Desde 1887, una empresa familiar con tradición y pasión
A continuación os contamos nuestra historia familiar cuando en 1887 Víctor Sarasqueta comenzó con la empresa.
Victor Sarasqueta Suinaga
El bisabuelo. Nacido en el caserío Azpiri de Arratevalle. Un baserritarra que no conocía el castellano y que llego a fabricar las mejores escopetas y rifles de su época. Un ejemplo a seguir por cualquiera que se sienta emprendedor, tenga o no formación. Un hombre hecho a sí mismo que invento muchas máquinas para medir y fabricar escopetas que todavía se utilizan en la fabricación artesanal.
No se me olvidará una frase suya que me enseño mi padre y que se ha ido transmitiendo generación tras generación: “Lo bien hecho, se tarda un poquito más y todo el mundo lo quiere”. Lo mal hecho se tarda un poquito menos y nadie lo quiere”. Eran otros tiempos. Se trata del primer cazador de nuestra familia que tenemos constancia. Por lo menos que practicaba la caza de una manera muy parecida a la nuestra. Supongo que sus mayores también la ejercerían pero con otro tipo de armas.
Victor Sarasqueta Basterrica
Mi aitite (abuelo) por parte de padre. Tuve la suerte de poder coincidir mis primeras codornices y perdices, con el final de su actividad cinegética. Un auténtico caballero de la caza, magnifico deportista (medalla de oro al mérito deportivo), tirador y mejor persona. Todavía recuerdo cuando cace mi primera perdiz solito en Santa Cruz de Campezo y se la enseñe. ¡No se lo creía! También recuerdo su último disparo a codornices y los cuentos que nos contaba a todos los nietos cuando éramos niños.
Guardo con cariño su diario de caza. Donde se refleja la intensa actividad cinegética de este gran cazador hace muchos años. Cuando la caza era otra cosa y los cazadores se vestían por los pies.
Juan Antonio Sarasketa Legina
Empezando por el principio, toca hablar del Juan Antonio Sarasketa padre. Trabajador incansable que saco adelante varios negocios relacionados con el sector armero, continuando con la tradición familiar. Hombre con olfato y habilidad para los negocios que junto a mi madre nos ha brindado una vida acomodada basada en la honradez y el trabajo.
No tengo dudas en que es el mejor cazador que he conocido. Me ha enseñado “el catón” de la caza, he tenido la gran suerte de poder acompañarle desde muy joven y ha sido una vida llena de lecciones que me ha permitido saber la enjundia de lo que significa la cinegética.